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Café con Sensei

Pensamientos y comentarios del Sensei Jorge Kishikawa


30-jun-2015

Subir la Montaña

 El frío está ahí y para compensar, traje un Café con Sensei con una gran barra de "Chocolate" para acompañar.
Siendo así, sugiero que solo la deguste cuando esté bien acomodado:



Subir la mantaña

"Mismo leyendo el Shin Hagakure es preciso una comprensión muy grande para entenderlo íntegramente, que muchos y me incluyo, no tenemos. Como resultado mi percepción sobre la misión de Niten y de Sensei quedo fragmentada, pues, no comprendía lo escrito entrelineas del libro y a simple vista no fue suficiente para mover el espíritu.

El lunes, vine a hacer  Shugyo (retiro con el maestro) con el objetivo de ser mas útil a mi unidad y a mi familia, tengo tantos defectos que ya percibía el trabajo que daba para quien convive conmigo y me sentía mal por eso. Llegue a ADM medio perdido y no hice nada de destacable hasta el final del día.

El martes, Sensei me convido para acompañarlo al médico. En el camino me preguntó un poco sobre mi familia, se yo jugaba mucho cuando era niño (respondí que no, porque tenía entendido si yo jugaba con mi padre, pero ahora pensándolo mejor yo jugaba un poco con mi hermano, no di una buena respuesta). También hablo sobre como la espada le proporcionaba una buena salud al constatar que la salud de Sensei está óptima y que no precisaría volver a hacer los examenes hasta el año que viene. Me contó también de la importancia de cumplir el tercer voto: promover la felicidad a los padres.

En este día, lo que mas me marcó fue cuando Sensei hablo sobre el sentimiento que los Samuráis tenían en la época en relación a las luchas reales. Pensé que entendí sus palabras, pero ahora pensando mejor percibo que realmente solo entenderé cuando fuera yo cortado.

Miércoles, hicimos un entrenamiento en el transcurso de la mañana que quede tan exhausto que no se como Senpai Wenzel conseguía luchar sin abajar su Ki (energía), Ken (técnica), Tai (cuerpo) por tanto tiempo y acompañe a Sensei en la visita a Sorocaba.

El jueves al volver de Sorocaba continué con las tareas del shugyo hasta el entrenamiento de la noche. En los Momentos de Oro, Sensei me pedió que relate como fueron los días anteriores, y por lo que percibí creo que me quería enseñar a hacer un reporte lo cual ya hacía en algunos borradores en papel. Pero pensándolo bien, creo que Sensei me hizo recordar todo lo que había pasado y para enseñarme a hablar correctamente en público.

A la hora de dormir, Senpai (veterano) Raúl estaba muy triste por fallar con Sensei. Me dijo que creía que sería expulsado. Basado en la experiencia en acompañar a Sensei a Sorocaba le dije que la cuestión no era fallar o no y si no demostrar avance pues de esa forma, mismo cayéndole bien a Sensei sentiría que estaba perdiendo el tiempo.

El viernes, durante la mañana, Senpai Raúl me contó que recibirá un costal de arroz de Sensei, el estaba muy feliz y con el espíritu renovado, yo me quede pensando en por que el presente era un costal de arroz, todavía no lo descubrí pero imagino que tendrá algún significado. Después acompañe a Sensei hasta el aeropuerto, creo que  Sensei percibió que yo todavía no entendía las principales enseñanzas pasadas al respecto de agregar personas a mi alredor y de desenvolver mi potencial humano, y por eso me llamo para cargar sus maletas. En el camino,  Sensei comentó sobre los muchos puntos en que puedo mejorar mentalmente y espiritualmente para tener éxito en la vida. Daré lo mejor para corresponder las expectativas de Sensei.

Después del Shugyo pase a entender lo escrito entrelineas del Shinhagakure, entendí el significado de "espada que da la VIDA" y también de lo que es un verdadero Sensei. Nunca tuve un Sensei que hiciese tanto por sus alumnos. Comenzar a subir la montaña tal vez haya sido mi mejor decisión hasta hoy. No existen dudas sobre el Camino que debo seguir y sobre lo que tengo que hacer para enderezar un crisantemo.

Fue una bendición haber hecho este Shugyo. Para continuar con mi crecimiento, pedí a mi madre que me coloque como uno de sus secretarios del consultorio de ella. Cambié. ¨ - Kiryu (Unidad Campiñas)



Había un muchacho en la antigua China que nadie daba nada por el. Sin brillo en los ojos, sin instrucción, vacío, inútil y pobre. Uno de esos individuos que podría ser visto como una "desgracia divina".
- Aquel que no vale nada. Es un pobre desgraciado - eran las únicas palabras que podían ser dichas respecto a el.
Un hermoso día, este muchacho decidió subir a la montaña. Era un lugar inhóspito, donde vivía el maestro.
Primaveras pasaron y el muchacho descendió de la montaña- Estaba diferente.
- Valla! Pero que le paso? Está completamente cambiado!- en la aldea era la noticia del momento.
Mirada aguda y postura de guerrero. Regreso con un cambio notorio.
Ante tal transformación, le preguntaron cual era el secreto que el maestro le había pasado.
Descubrirían que no le había pasado secreto alguno, la convivencia con el maestro lo había transformado en un sabio. Había superado a todos en la aldea.
Durante mi adolescencia, allá en Japón, mientras que los jóvenes corrían atrás de un balón de baseball y aquí en Brasil ni querían aprender su propio lenguaje, yo "subí las montañas": fuí a convivir con los maestros. Los últimos samuráis.
Estos maestros me aceptaban con agrado, pues fui para la mayoría, el nieto que nunca tuvieron.

Esta convivencia de casi cuatro décadas en la “montaña”, moldearon mi carácter. Y es esto lo que torna a la comunidad de Niten una montaña única de la cual no existen otras.

Aquí, la transformación ocurre a partir del segundo día.
KyogyoJisho, ir de la nada para volver completo.



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